jueves, 21 de noviembre de 2013

Nuestro peor enemigo: nuestra indiferencia

Todo el mundo habla, todo el mundo sabe pero pocos actúan. 
Hoy he leído 2 notícias que realmente me han sorprendido. La primera trata sobre que a partir de ahora, protestas y manifestaciones delante de El Congreso serán multadas con hasta 600.000 euros. La segunda, el abandono de unos jóvenes de la huelga de hambre que habían iniciado hace unas semanas en vista de la indiferencia del pueblo.
Viendo esto sólo me produce rabia e impotencia. Es triste que hayamos perdido la fe, confianza y esperanza en nuestros políticos y hasta en nuestra justícia. ¿Pero porqué la hemos perdido entre nosotros mismos? Y cuando hablo de "nosotros mismos" me refiero al pueblo, a la clase obrera. Con estas 2 notícias lo vemos claro: Por un lado, los de arriba, cada vez nos limitan más: menos educación pública, menos sanidad pública, contratos de trabajo precarios, subida de impuestos de cosas básicas y ya hasta nos quitan el derecho de protestar. Por otro lado, los de abajo, el pueblo, ese sector activista que se levanta y se revela para luchar por nuestros derechos básicos que nos están quitando delante de nuestras narices, luchando poniendo sus vidas en peligro. ¿Y qué es lo que consiguen? Indiferencia. La indiferencia de los de arriba la tenemos ya muy integrada en este país y no nos sorprende. Pero la peor de todas es la indiferencia de la gente por la que luchas, la indiferencia del pueblo.
No voy de salvadora del mundo ni mucho menos pero muchas veces creemos que no podemos hacer nada y nos escudamos tras ello. Y no es verdad. Los políticos están donde están gracias a nosotros, que delegamos NUESTRO PODER en ellos. Igual que lo delegamos podemos quitarselo si lo creemos oportuno. Sólo tenemos que organizarnos, tener ganas de cambiar las cosas y sacrificar ciertas cosas como puede ser un poco de nuestro tiempo.
Somos muchas las personas que estamos descontentas con el actual sistema, con la situación en la que estamos viviendo y todo el mundo habla de lo mal que lo hacen unos, de lo mal que lo hacen otros. Pero dicho esto, cogemos, nos vamos a nuestras casas y la vida continúa porque al fin y al cabo, nosotros no podemos hacer nada.
Realmente me entristece ver como esta sociedad sigue adormecida mientras poco a poco nos van arrebatando lo que nuestros abuelos consiguieron tras mucho esfuerzo. Ahora nos toca a nosotros actuar como hicieron ellos para que nosotros mismos y las personas que están por venir puedan tener unos derechos mínimos y que, si por desgracia, en las generaciones futuras se encuentran con políticos como los que tenemos actualmente puedan pensar: tenemos que luchar por lo que consiguieron los que estuvieron antes que nosotros.
He llegado a un punto que no tengo miedo ni a los políticos ni a la justícia, lo que realmente me da miedo es la indiferencia de mi pueblo.

A continuación os pongo las 2 notícias de las que os hablaba para que juzguéis vosotras mismas.



Sólo espero que no sigamos alargando el despertador 5 minutos más porque corremos el riesgo de quedarnos dormidos. Ya es hora de despertar.




"La verdad os hará libres"

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